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Proyecto Dream Quest: el sueño que nunca se apagó

Proyecto Dream Quest: el sueño que nunca se apagó

Por Jesús Sánchez, Fundador y Director Creativo en Squirrel Punk.

A veces, los proyectos que más nos marcan no son los que triunfan, sino los que nos obligan a aprender a base de errores. Dream Quest nació en 2019, cuando estudiaba desarrollo de videojuegos. Era nuestro proyecto de final de curso, una mezcla de ilusión, desconocimiento y pura ambición por crear algo más grande de lo que sabíamos hacer.

Éramos siete estudiantes con una idea clara: queríamos construir un videojuego con alma, que nos llevara de un mundo a otro con diferentes temáticas, combates dinámicos y enemigos caricaturescos. Sin saberlo, estábamos diseñando un viaje que, poco a poco, fue oscureciéndose —no en su estética, sino en su trasfondo. Un relato que hablaba de la pérdida de la inocencia, de cómo los colores se apagan cuando dejamos atrás la infancia.

Aquel Dream Quest original, desarrollado en Unity 2018, fue una auténtica locura técnica. Cada uno aportaba lo que podía:

  • Álvaro González se encargó del sonido y el 3D.
  • David García y Pedro Alarcón animaban nuestros modelos.
  • Gonzalo Martínez y Laura Gallego daban vida al arte 2D.
  • Inés Gallego programaba sin descanso.
  • Y yo intentaba coordinarlo todo mientras también picaba código.

El resultado era… inestable, por decirlo suavemente. Bastaba con estresarlo un poco para que todo explotara. Pero tenía algo. Tenía esa chispa que, con el tiempo, no se olvida.

Por qué lo resucitamos ahora

Han pasado más de seis años desde entonces, y en ese tiempo he aprendido lo que de verdad significa construir un juego sólido, escalable y profesional. He dirigido proyectos más grandes, he fallado, he acertado y, sobre todo, he entendido que ninguna buena idea merece quedarse atrapada en una versión universitaria rota.

Por eso, en Squirrel Punk, he decidido revivir este proyecto desde cero. No como una simple remasterización, sino como un renacimiento técnico y artístico. El proyecto se está reconstruyendo completamente en Unity 6, con una arquitectura moderna y modular que permita crecer sin límites.

Esta nueva etapa no busca repetir el pasado, sino corregirlo y reivindicarlo. Queremos que Dream Quest sea el segundo gran proyecto del estudio, después de K-SIMIR, y que refleje la madurez técnica y creativa que hemos alcanzado.

Un viaje que evoluciona con nosotros

El juego siempre ha tenido un alma dual: por un lado, esa sensación animada, viva y colorida; y por otro, la sombra que poco a poco se cierne sobre ella. No queremos contar una historia de muerte, sino de transformación, de cómo la inocencia se marchita sin desaparecer del todo.

Aún estamos trabajando en la trama, pero sabemos que será una experiencia emocional, visualmente vibrante y con un tono cada vez más introspectivo. Un viaje que empieza lleno de luz y termina enfrentándonos a lo que hemos perdido al crecer.

De experimento a obra profesional

Esta vez, todo será distinto. Las bases técnicas estarán diseñadas con cabeza: sistemas de movimiento, combate, cámara, progresión y animaciones conectados bajo una arquitectura profesional. Queremos que el juego se sienta fluido, con una jugabilidad sólida y una dirección artística coherente.

A nivel visual, seguirá siendo 3D, pero el estilo final está en revisión. Lo que sí está claro es que el arte reflejará ese contraste entre la niñez luminosa y la madurez sombría, entre lo onírico y lo real.

Lo que viene

Este remake no es solo una actualización técnica: es una declaración de intenciones. Queremos mostrar al mundo lo que un grupo de antiguos estudiantes españoles puede lograr con experiencia, visión y un estudio que se atreve a romper moldes.

En Squirrel Punk, creemos que los videojuegos no nacen solo para entretener, sino para explorar emociones. Y Dream Quest es exactamente eso: un sueño que no se apaga, que se rehace una y otra vez hasta encontrar su forma definitiva.

Quizá nunca lleguemos a saber si el niño de pijama verde está soñando, recordando… o despidiéndose. Pero lo importante es que, esta vez, el sueño continúa.

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